La provincia piurana de Sechura tiene una variedad de riquezas para dar a conocer al turista nacional y extranjero en relación a sus actividades religiosas, festividades patronales, paisajes naturales, gastronomía o historia, donde se encuentra el complejo arqueológico de Chusís.
Los primeros estudios realizados en la zona datan de 1950 y estuvieron a cargo del arqueólogo Ross Christensen, donde se pudo evidenciar la existencia de un centro ceremonial, además se identificaron rampas, escalinatas, así como una muralla que delimita este complejo y un cementerio, según nos relata el guía del Centro de Información Turística de Chusís, Paulino Cortés.
Tras estos primeros estudios se precisó que el auge de la cultura Chusís se inició 100 a.C; sin embargo, como estos restos arqueológicos se encuentran bajo tierra, en 1989 algunos vestigios fueron dañados tras las excavaciones, ejecutadas por una empresa para realizar obras de irrigación, motivo por el cual se hicieron presente en ese entonces representantes del Instituto Nacional de Cultura (INC) para lograr preservar el lugar.
Los trabajos fueron realizados por los arqueólogos Luis Yépez y Rosa Palacios, quienes hallaron ceramios y dentro de las tumbas objetos de oro, plata y cobre como narigueras, colgantes, chaquiras, así como restos óseos.
En el complejo, que comprende 37 tumbas, se han encontrados los restos óseos de dos personas adultas, entre ellas uno que le han denominado “Guerrero” por haber sido encontrado con un casco de cobre en el cráneo y otra indumentaria en el rostro, la misma que se encuentra oxidada. Esta osamenta corresponde a una personas de 1.75 metros de altura.
También, se han descubierto los restos de dos niños, quienes presentan mutilaciones en las piernas pues podría tratarse de sacrificios, sumados a los restos de dos perros viringos y una vicuña, estos colocados a un costado de la tumba y al pie de los personajes como ofrenda.
En promedio, este complejo arquitectónico cuenta con una extensión de 18 hectáreas, de las cuales se han realizado trabajos en menos de la mitad de esta área, donde se ubica una muralla de piedra en la base y adobe en las paredes, que tiene en promedio una extensión de 100 metros de largo, por dos de ancho y altura, la cual se encuentra bajo tierra, precisa Cortés Calderón, quien es guía de la zona desde hace 17 años.
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